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Introducción a la intimidad

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La mitzvá de oná

Halajot de las relaciones maritales

Anatomía y fisiología sexual


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Por Talli Y. Rosenbaum, Terapeuta físico

La actividad sexual entre marido y mujer es la expresión de amor e intimidad de manera física. Está prescrito no sólo en aras de la procreación, sino para cumplir con la mitzvá de “oná”, brindándole a su mujer satisfacción y placer físico. La actividad sexual, mientras que se considere “natural”, depende de una combinación compleja de factores psicológicos y emocionales. Y mientras que la excitación sexual es de hecho una inclinación natural cuando un marido y mujer se ven atraídos mutuamente, el comportamiento sexual es un proceso de aprendizaje, durante el fortalecimiento de la intimidad de la pareja.

Fisiología y anotomía femenina

Externa

La vulva es toda el área genital visible, desde el área de los vellos púbicos hasta el ano. Esto incluye el perineo, las labias, la uretra y el clítoris. Puedes hacer clic aquí para ver una imagen.

El perineo es un área de la piel sin vellos que conecta el ano a la vagina. Las labias son solapas de tejido que se pliegan juntas sobre la vagina. La labia mayora generalmente está cubierta por vello, y la labia menora es suave y rica en suministro de sangre. Las labias tienen terminaciones nerviosas las cuales son sensibles al tacto y son una fuente de estimulación sexual.

Dentro de los pliegues de los labios, por encima de la entrada de la vagina, se encuentra la uretra, una pequeña cavidad para que pase la orina. Sobre eso, en el punto en el que se encuentran los labios internos, está el clítoris, el área más sensible de los genitales de la mujer. Normalmente el clítoris está obstaculizado por una capucha, y se expone durante la estimulación sexual. La única función del clítoris es otorgar placer sexual. Con estimulación, existe un mayor flujo de sangre hacia el clítoris, el cual se amplía y tiene una erección.

Interno

Justo dentro de los labios internos, está la apertura hacia la vagina. Antes del primer episodio de relaciones sexuales, la vagina a menudo – aunque no siempre – está parcialmente obstruída por una capa de membrana fina conocina como el himen. Existen muchos conceptos erróneos en relación a la presencia del himen como una prueba de la virginidad de la mujer. De hecho, hay mujeres sexualmente activas quienes tienen el himen, mientras que otras que son virgenes no. Esto se debe a que el himen se puede estirar o puede ser roto por el uso de tampones, y también porque el grosor y forma del himen varía. Si un himen intacto es penetrado de manera agresiva, puede sangrar en grandes cantidades. Si, sin embargo, una mujer está estimulada sexualmente, lubricada y relajada, la penetración puede llevarse a cabo con el mínimo trauma para el himen y generalmente con poco o sin sangramiento en absoluto. El estatus halájico de la mujer como betulá se refiere al hecho que ella nunca ha tenido relaciones sexuales, no al estatus de su himen.

La vagina tiene la forma de un tubo y tienen aproximadamente 15cm de largo. Al final de la vagina está la cérviz, que se abre hacia el útero. Las mujeres que no han sido sexualmente activas, y nunca utilizaron tampones, podrían tener inicialmente dificultades para insertar cualquier cosa, inculso un pañito de bediká, dentro de la vagina. Es importante destacar que, si bien la vagina puede parecer angosta, tienen una capacidad impresionante de expansión (como en el momento del parto) y contracción.

Ubicados directamente dentro de la apertura de la vagina existen músculos conocidos como los músculos del piso pélvico. Estos músculos funcionan como una honda de la pelvis, llegando desde el hueso púbico del frente hasta el cóxis atrás. Al aprender cómo contraer y relajar estos músculos, la mayoría de las mujeres pueden instertar los paños de bediká y los tampones sin dolor alguno. Se recomienda que unas noches antes de la boda, la mujer se tome el tiempo, tal vez relajada en una tina, para conocer su propia anatomía, intentar e insertar uno o dos dedos dentro de la vagina, y aprender a contraer y relajar sus músculos internos. Esto permitirá una experiencia sexual inicial más relajada y confortable.

Fisiología y anatomía masculina

En los hombre, el pene es generalmente el área más sensible. El escroto está debajo. Es escroto contiene los tésticulos donde se produce el esperma. Las células de espera maduras viajan desde el epidídimo, situado en la parte posterior superior de los testículos. La cabeza, o glande, del pene contiene la uretra, la apertura por la cuál pasa la orina y el semen. Hay tubos de tejido esponjoso dentro del pene conocidos como cuerpo cavernoso. Con la exitación sexual estos tejidos se llenan con sangre y provocan la erectación del pene. Durante la eyaculación, conctracciones rítmicas hacen que los espermios viajen a través de la próstata y las glándulas seminales donde se combinan con secreciones ricas en nutrientes para formar el semen, el cuál es expulsado a través de la uretra.

La fisiología de la función sexual

La función sexual se dividió tradicionalmente en cuatro etapas: deseo, exitación, orgasmo y resolución. El deseo por sexo ocurre debido a factores fisiológicos, emocionales y situacionales. Es una condición normal, gobernada por las hormonas, e influenciada por factores de afuera, tales como el estrés y temas de pareja. En determinados momentos, como durante el período post parto, los cambios hormonales combinados con la fatiga y el estrés contribuyen a disminuir el deseo sexual. Es importante estar alerta de que este es un fenómeno natural, y no necesariamente indica dificultades conyugales. Muchas mujeres informan que el deseo sexual llega al clímax en varios momentos a lo largo del ciclo. Afortunadamente para algunas mujeres, estos puntos máximos generalmente corresponden a la semana anterior a la menstruación, y alrededor de la ovulación; sin embargo, las mujeres varían en cuanto a cuándo sienten el mayor deseo sexual.

La exitación sexual es un sentimiento sensual de calidez y placer, durante el cual ocurren los cambios fisiológicos que hacen que el cuerpo esté receptivo al sexo. En la mujeres aumenta el flujo de sangre hacia los labios, la vagina y el clítoris. La vagina se acorta y se ensancha preparándose para las realciones. Las glándulas en la vagina secretan un fluído para humedecer y lubricar las paredes de ésta, faciliatando la penetración. El cuello de útero, los ovarios y las trompas de falopio ascienden, previniendo el dolor pélvico que ocurrire cuando se consumen las relaciones sin la exitación. En los hombres, el corpus sponigiosum se llena con sangre llevando a la erección del pene.

El orgasmo es considerado la cumbre del placer sexual. Durante el orgasmo hay un aumento en la frecuencia cardíaca y respiración. En las mujeres hay contracciones rítmicas de los múscos de la vagina y del piso pélvico. A menudo una pequeña cantidad de líquido (conocido como la eyaculación femenina) es liberado de la uretra. En los hombres hay contracciones rítmicas que conducen a la eyaculación del semen. Es importante estar atento a que las investigaciones indican que si bien muchas mujeres alcanzan el orgasmo durante las relaciones mismas, la mayoría alcanza el orgasmo sólo mediante la estimulación directa del clítoris. Por lo tanto, una pareja no debe de preocuparse si no alcanzan esta etapa simultaneamente. De manera similar, una pareja no debería de preocuparse si una mujer no alcanza el orgasmo cada vez que están juntos. Mientras que el orgasmo del hombre es esencial para las relaciones sexuales, el orgasmo femenino no lo es, y por ende, puede llevar algún tiempo hasta que la mujer comience a tener orgasmos. Efectivamente, lo que fortalece el lazo de la intimidad entre una pareja es aprender qué es mutuamente placentero.

La resolución es la etapa final, en donde el cuerpo se calma y retorna fisiológicamente a la normalidad. La frecuencia cardíaca y la respiración disminuyen, la hinchazón de los órganos retorna a la normalidad, y es un período de sentirse en calma, relajado y satisfecho. Mientras que las mujeres son capaces de continuar siendo exitadas y alcanzando orgasmos durante este período, los hombres necesitan completar el proceso de resolución antes de poder tener una nueva erección.

La actividad sexual puede ocurrir en ausencia de uno o más de estos componentes. Por ejemplo, una mujer que vuelve de la mikve se puede sentir ocacionalmente cansada y no llena de deseos particularmente, sin embargo, mientras comienza a hacer el amor, se exita y completa el ciclo. Investigaciones recientes sobre la sexualidad de la mujer indicaron que éstas, a diferencia de los hombres, no sienten un deseo espontáneo por tener sexo a menudo. Pero se asoman al sexo con buenas intenciones y motivaciones positivas, las cuales incluyen el deseo de una cercanía física y las ganas de satisfacer el deseo del marido. Una vez que se exitan mediante el contacto físico, el deseo sexual entra en acción.

Las mujeres generalmente responden al contacto sexual experimentando el placer y la calidez. Cuando se exitan, el cuerpo secreta un fluido vaginal que la prepara para las relaciones, la cuál es la inserción del pene dentro de la vagina. No es poco común cuando es el primer comienzo de las relaciones sexuales, o en momentos en los que hay sequedad vaginal debido a la lactancia o anticonceptivos, necesitar una lubricación adicional como el gel KY. Las conversaciones íntimas, las caricias y los besos deberían anteceder cualquier intento en las relaciones. Algunas partes del cuerpo, tal como los pezones o el clítoris, son particularmente sensibles, y puede ser incómodo que las toquen antes de que la mujer esté exitada. Las relaciones deben llevarse a cabo lentamente y sin apuros. A veces es complicado en el comienzo, y las parejas recién casadas no deberían preocuparse si les toma unos cuantos intentos antes de que la penetración completa ocurra.

A veces la mujer siente deseos, exitación, pero no siempre alcanza el orgasmo. De hecho, muchas mujeres no alcanzan el orgasmo inmediatemente cuando incian las relaciones sexuales. Esto puede ser ya sea por los sentimientos de inhibición, o simplemente por la falta de conocimiento. Si una mujer disfruta de la actividad sexual a pesar de que no está alcanzando el orgasmo, se debe enfocar en el placer que está sintiendo y no en el sentimiento de la falta de haberlo logrado. Si, sin embargo, está frustrada por su incapacidad de alcanzarlo, debe buscar ayuda profesional.

Ocacionalmente el hombre puede tener dificultades sosteniendo la erección o puede eyacular demasiado temprano. Estas son situaciones comunes y la mayoría de las parejas las experimentan en algún momento. Si, sin embargo, estos problemas son persistentes, previenen la actividad o placer sexual, o causan angustia, se consideran “trastornos” y en esos caso uno debe buscar ayuda.

La actividad sexual es intensamente física, pero llena de emociones poderosas, particularmente para la pareja de recién casados. Por lo tanto, mientras que algunas parejas esperan con ansias la noche de bodas y consuman su matrimonio con facilidad, otras necesitan un poco de tiempo para adaptarse a expresar el afecto físico antes de intentar tener relaciones sexuales. Si bien existe la mitzvá de tener relaciones la noche del matrimonio, esto no debe ser a expensas de tener una experiencia desagradable ya sea para el jatán o la kalá. Por esta razón, si uno o el otro está muy cansado o ansioso por tener relaciones, es perfectamente legítimo comenzar lentamente.

También debes recordar que las relaciones conyugales son un proceso de aprendizaje. Como con toda habilidad, distintas personas aprenden en diferentes velocidades. Algunas parejas alcanzan el coito completo relativamente rápido, mientras que otras necesitan unos intentos más antes de que todas las piezas caigan en su lugar. La experiencia misma de aprendizaje puede ser de goce, si estás relajada y no te presionas ni a ti misma ni a la otra parte. La paciencia, el sentido de humor, un poco de conocimientos básicos y la creencia de que los placeres físicos intensos no son sólo permisbles sino deseables pueden hacer que el proceso vaya con más fluidez.

Talli Yehuda Resenbaum, BS, terapeuta físico, es una terapeuta física privada especializada en la rehabilitación uroginecológica y de piso pélvico y una consejera de sexualidad certificada de AASECT (Academia Americana de Educadores, Consejeros y Terapeutas Sexuales). Ella trabaja en el consejo de la Sección de Salud de Mujeres de la Sociedad de Fisioterapia de Israel, es una delegada para la Organización Internacioanl de Fisioteraputas en Salud Femenina y trabaja en el Departamento de Consejo Profesional de la Fundación de Salud Sexual de la Mujer (www.twshf.org).

La Sra. Rosenbaum estudia el rol de la fisioterapia en el manejo de los trastornos de dolor sexual. También tiene un interés especial en la educación sexual y los tratamientos de disfunción sexual en la población judía ortodoxa. Ha publicado acerca de ambos temas en Journal of Sex and Marital Therapy.

Vive en Bet Shemesh, Israel, con su marido, Rab Alan Rosenbaum, y sus cuatro hijos.

La reproducción de los contenidos de este curso, para otra cosa que no sea uso personal, está prohibida por la ley judía y por la ley secular.

Copyright © 2009 Deena Zimmerman e Ilana Sober Elzufon. Todos los derechos reservados.

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