Vida matrimonial

Intimidad

Introducción a la intimidad

Un enfoque conceptual a la sexualidad

La mitzvá de oná

Halajot de las relaciones maritales

Anatomía y fisiología sexual


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Por Rabbi Avraham Peretz Friedman

Con el fin de contrarrestar el exceso sexual de la sociedad que nos rodea, la literatura de la Torá contemporánea tendió a enfocarse en los aspectos negativos de este estímulo poderoso. La limitación y la abstinencia son, de hecho, cruciales en el matrimonio judío. Sin embargo, no es correcto rechazar por completo todos los aspectos del impulso sexual. En su propia forma, la renuncia al elemento sexual de la vida no es menos contradictoria a la filosofía de la Torá, que la preocupación obsesiva del mundo por el sexo. El objetivo de esta lección es presentar una actitud balanceada de la Torá hacia la intimidad en el contexto del matrimonio en tiempos en los que la mujer se encuentra tehorá.

¿Cómo entiende la Torá el deleite de los placeres físicos?

La Torá no está de acuerdo con la noción de una lucha irreconciliable entre lo físico y lo espiritual, y de hecho es, inequívoca en su rechazo a esta filosofía. Por el contrario, la Torá sostiene que, si se usa del modo apropiado, lo físico se convierta en una ayuda indispensable para obtener grandeza espiritual.  Esto se consigue de dos maneras:
En primer lugar, la actividad física es mucho más efectiva al grabar una ideo dentro del alma que lo que una contemplación intelectual sola podría ser. Casi todas las mitzvot incluyen el uso de algún elemento del mundo físico para servir a D”s. Nuestro trabajo es tomar los obsequios de este mundo y elevarlos a la altura de la santidad. El Shabat, por ejemplo, es santificado sobre una copa de vino – las palabras solas no bastarían.

En Segundo lugar, la Torá ve al goce del placer físico como algo deseable, ya que cada placer provee una oportunidad de sentir y expresar gratitud con El que creó y nos brindó este regocijo.

La visión de placer de la Torá difiere dramáticamente  de aquella predominante en la sociedad occidental. La sociedad occidental premia al placer y dirige mucha de su energía, imaginación y recursos hacia su persecución. Las obligaciones y responsabilidades son vistas como el precio que uno tiene que pagar, ciertas veces, para obtener placer.

La Torá también valora el placer; pero con una diferencia significante. Los deberes y las responsabilidades no son el “costo” inevitable para el placer. Más bien, el placer es un producto derivado bienvenido que acompaña el cumplimiento apropiado de muchas de las obligaciones otorgadas por D”s. En dichas instancias, el placer introduce una obligación (en realidad, una oportunidad) para sentir y expresarle gratitud al Dador de todos los placeres. Pero el placer no es lo primario – nuestras responsabilidades hacia D”s lo son.

La visión de sexualidad según la Torá, es una perfecta ilustración de la actitud general de la misma hacia lo que respecta el mundo físico y sus placeres. Las relaciones físicas entre marido y mujer están hechas para ser placenteras. El hecho de tener relaciones maritales es un cumplimiento de dos mitzvot separadas – pru u’rvu (procreación) y oná (la intimidad marital en sí misma).

Pru u’rvu y oná son las mitzvot paradigmas, ya que reflejan el enfoque exclusivamente judío de santificar el mundo físico mediante la observancia de las mitzvot. Estas mitzvot  son los ejemplos más dramáticos del fenómeno de elevar el mundo físico a las alturas de lo espiritual, en la medida en que el elemento del mundo físico, los cuales son santificados por estas mitzvot, es el más susceptible para abusarse y restarle santidad.

¿Cuál es la actitud de la Torá hacia la intimidad sexual?

Hay un concepto erróneo difundido acerca de que la Torá ve a la intimidad sexual como algo inherentemente negativo. De acuerdo a esta noción, D”s insufló dentro nuestro el deseo de la intimidad sexual sólo para asegurarse de la propagación de la raza humana. Por esta razón, la Torá permite la intimidad marital. Pero ya que esto es, en el mejor de los casos, un compromiso incómodo, es restringido con sumo cuidado. Esta aversión es expresada, por ejemplo, a través de la prohibición de la Torá de las leyes de nidá, las cuales restringen el contacto sexual entre marido y mujer significantemente. De manera similar, las halajot que regulan la intimidad de la pareja busca, mientras sea posible, minimizar y alejar la atención del goce del acto sexual en sí mismo.

Esta línea de pensamiento es obviamente falsa y fundamentalmente no judía. Es cierto que la Torá ve a la procreación como el aspecto central de las relaciones matrimoniales. Pero también es claro, por muchas oraciones tanto en la Torá Escrita como en la Oral, y por las halajot relevantes, que éste no es el único propósito de la intimidad. La halajá, por ejemplo, protege el derecho de la mujer a tener satisfacción sexual en situaciones en las que el embarazo claramente no es un objetivo o posible resultado. Tanto una mujer embarazada, una mujer que está en el período de lactancia como una mujer que físicamente es incapaz de concebir, a todas ellas se les otorga la misma protección de la Torá así como aquellas mujeres las cuales tienen un máximo potencial para concebir.

Más aún, las leyes de nidá son vistas en fuentes tradicionales como algo que enriquece las relaciones íntimas dentro del matrimonio, y no como algo que las niega. Por ejemplo, Rabbi Meir dijo que la separación mensual de nidá hace que la mujer sea querida por su esposo así como cuando ella entró en la jupá. Al limitar (pero no eliminar) los momentos en los que el hombre y la mujer pueden compartir la intimidad física, la Torá abanica las flamas del deseo entre ellos y de ese modo, en cada reunión, su dicha se asemeja a la que sintieron el día del matrimonio, hace muchos años atrás. Las leyes de nidá protegen a la pareja de los abusos y familiaridad exagerada que rápidamente puede llevar a la fatiga, insatisfacción, disgusto, y resentimiento.

Sin una reunión satisfactoria, las leyes de nidá están incompletas, su potencial no es llevado a cabo, su propósito es subvertido y frustrado, su promesa mortinata. La observancia meticulosa de nidá cumple sus propósitos y se completa en la observancia exuberante de la oná, y la dicha derivada de la experiencia de la intimidad matrimonial es elevada y magnificada sin medida mediante la abstinencia y prohibiciones que requieren las leyes de nidá.

Cabe destacar que Rabbi Meir no dijo, “entonces habrá la misma pasión y deseo sexual que cuando fueron a la jupá”; en lugar de eso, él recuerda el amor de aquel primer día del matrimonio. ¿Cuál es la conexión entre el placer de la unión física y la emoción del amor?

El término para esta relación que es la más íntima entre una pareja es “devek” (lit., unión, conexión). La Torá nos ordena: “Por lo tanto, el hombre deberá abandonar a su padre y a su madre y adherirse (“davak”) a su mujer” (Breshit 2:24). Rashí declara que el placer produce devek (Sanherin 58a, b). Desde la perspectiva de la Torá, el placer de la intimidad marital sirve a la función positiva de maximizar el vínculo entre marido y mujer.

El comentario del Ramban sobre davak (Breshit 2:24) enfatiza que el matrimonio causará una unión emocional, no solamente física, entre marido y mujer. El deseo de establecer una cercanía emocional representa la desaprobación de la halajá hacia ciertos comportamientos, tales como pensar sobre otra persona cuando uno está teniendo relaciones con la pareja, consumar relaciones cuando uno se encuentra borracho, o tener relaciones sin un consentimiento mutuo. En estas situaciones, el placer físico se ha despojado del componente emocional el cuál produciría el devek. Esto es exactamente lo que la Torá no quiere que ocurra.

Por otro lado, la santidad sexual, que transforma la experiencia de un acto físico de auto gratificación sexual en un acto espiritual de preocupación y consideración caritativo, se alcanza mejor a través de la maximización del placer de la pareja durante la intimidad.

Esta lección es un pequeño resumen de un tema multifacético y sumamente complejo. Puedes encontrar más materia en el libro Marital Intimacy del Rabbi Avraham Peretz Friedman. (Para obtener copias de Marital Intimacy, contáctese con Compass Books / P.O.Box 3091 / Linden, NJ 07036.)

El Rabino Avraham Peretz Friedman es el  Rabino de la congregación Congregation Anshe Chesed en Linden, New Jersey. Él obtuvo un MSDD de la Universidad  Columbia University and Rabbinic ordination from the Rabbi Isaac Elchanan Theological Seminary of Yeshiva University. El Rab Friedman enseño en numerosas yeshivot isrelíes y norteamericanas. Fue Director Ejecutivo del Jewish Learning Experience of Durham NC, Chaplain en la Universidad Duke University por cuatro años,y un capellán en la Federal Correctional Institution in Butner, NC. El Rabino Friedman es un consejero de la Behavioral Science Unit of the Federal Bureau of Investigations. Él es autor de Table for Two (Targum Press, 1992), Spiritual Survival for Law Enforcement (Compass Books, 2005), y Marital Intimacy (Compass Books, 2005).

La reproducción de los contenidos de este curso, para otra cosa que no sea uso personal, está prohibida por la ley judía y por la ley secular.

Copyright © 2009 Deena Zimmerman e Ilana Sober Elzufon. Todos los derechos reservados.

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